No todo es mirar y juzgar. Sino escuchar

Aunque parezca el típico proverbio Chino de esos que están muy utilizados y desgastados en periodicos de poca ponta como EL PAIS, pues es algo que se me acaba de ocurrir. Y todo para resumir una idea que llevo dándole vueltas a la cabeza desde hace tiempo.

Cada vez estoy más agusto en la tienda, pero más a disgusto conmigo mismo. Noto que la "droga de vendedor" va acabando con la de "ingeniero técnico eléctrico". Sigo estudiando mi carrera que no la pienso dejar por nada del mundo. Pero es que hay veces que simplifico tanto las cosas que me da miedo. Mucho miedo.

Hay clientes ( o ¿personas?) que vienen con tantas dudas de lo que quieren y no quieren, que en tan solo 10 segundos te das cuenta que no van a comprar. Entonces te dices a ti mismo (ya sabes, esa voz interior que de vez en cuando sale) "SÍ NO VAN A COMPRAR NO TE DESGASTES A TI MISMO, Y NO DESGASTES TU HERMOSO TIEMPO, TU VOZ. YA VENDRÁ OTRO SER HUMANO DESPUÉS QUE QUIERA SER ATENDIDO CON UNA SONRISA Y TE LO AGRADEZCA".
(Pienso que esto se puede utilizar no solamente a vender. Sino a todo en esta vida.)
Sin salirme demasiado del tema puedo decir que simplemente les escucho sin decir nada hasta que se cansan y aburren. O simplifico todo con frases claves "EN ESTOS MOMENTOS NO TENEMOS", "ESTOY ESPERANDO EL CATÁLOGO NUEVO"... O mil gilipolleces de esas.

Creo que la gente necesita alguién que les escuche. En este mundo hay un problema de sordera, de no escuchar. De no querer escuchar. Pero también hay un problema de que tampoco queremos escuchar los problemas o las historias de los demás. Así que al final ¿Recibimos lo que ofrecemos? ¿Es proporcional "lo que escuchamos = lo que contamos"?

Todos deberíamos tener un amigo en la cuadrilla con Alzheimer, para poder contarle las mismas cosas que nos gustan contar una y mil veces, y que una y mil veces se riera sin saber que una y mil veces se lo hemos contado.

Pero en mi cuadrilla tenemos mil y una historia que merecen la pena contar una y mil veces.

J