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En Lasarte City tan pronto amanece como ponen las calles los incompetentes del ayuntamiento.

Suena el despertador / teléfono móvil con sonido polifónico a ritmo del canto Opusiano "Jesús, alegría de los hombres".

También despierta mi primera duda:

¿Porqué no cambio de de música al teléfono despertador?

En fin.

Como cada día el camino hacia el trabajo es monótono, hay veces que solo cambia la gente que pasea por la playa de la Concha y Alderdi Eder. Es el típico momento que recuerdas a la gente que te falta, y que por un motivo o por otro no están a tu lado.

¿O te faltan porque no están a tu lado?

¿O están a tu lado y te siguen faltando?

¿Entonces no te hacen falta?

A ritmo de una canción de Leonard Cohen pasan minutos y se desgastan los minutos.

Pero como siempre llega el momento para la primera carga de dinamita TNT pesada del día:

Entran las lindas viejecitas de siempre:

- Hola joven, hace tiempo compré en esta tienda un teléfono inalámbrico, y no lo encuentro. ¿Qué puedo hacer?

- Las bases de los teléfonos inalámbricos tienen un botón para poder detectar donde se ha perdido el teléfono. Viene a ser un botón muy parecido a este.... [Le enseño un inalábrico de muestra]. Haber sí tiene suerte y lo encuentra...

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Horas más tarde como todas las viejas que no tienen nada que hacer, se pasa por la tienda para dar el coñazo.

- Oiga joven, ya he encontrado el teléfono, lo había metido el frigorífico-

- Aaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhh! Buen lugar para dejarlo.....

Llega el consuelo de la hora de quitarse el traje de batalla, metralladora pesada incluida.

Puedo darme el lujo de dar una vuelta por el Boulevard y Avenida Donostiarra antes de llegar a casa. Lleva tiempo recordándome a las calles de Manhattan nuestra Ñoñosti, al mismo "song" que una película del amigo Budy Alen. Música por las calles, colorido navideño, gente, taxi... Y yo.

Mirada al cielo para poder descansar.